El otro día en una clase estaba con dos niños de 5 años y una niña de 3, todos muy creativos y con un alto grado de atracción por las artes escénicas, y el juego nos fue llevando de tal manera que comenzamos a combinar la interpretación (cada uno era un personaje), el dibujo (dibujamos lo que sucedía o elementos que podíamos necesitar) el baile y la música (cada tanto alguno tocaba algo en el piano para dar lugar a alguna situación determinada) y durante la clase fue tomando forma una historia en la que viajamos a la luna, volamos, creamos un cohete, bailamos y tocamos. La niña de 3 años volaba gracias a que podía alzarla en brazos, y su carita frente al espejo me reflejaba la magia del momento que estaba viviendo.
Creo que el juego creativo da la posibilidad de darnos cuenta que la realidad no es simple, que puede tener muchas formas y que a veces simplemente es cuestión de buscarlas y descubrirlas.
El juego creativo nos permite ser quienes imaginamos, hacer lo que deseamos y, principalmente, buscar e inventar los medios que nos lleven a cumplir nuestros sueños.
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| Uno de los personajes |
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| El cohete viajando hacia el universo que se ve en el cielo |
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| Y como no podía faltar, un malvado también había |
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